¿Las infecciones por hongos son cada vez más peligrosas?
Last Updated on febrero 3, 2024 by Joseph Gut – thasso
31 de enero de 2024 – Las infecciones por hongos son cada vez más peligrosas para nosotros; Las setas no sólo las encontramos en nuestros platos, sino prácticamente en todas partes de nuestro alrededor. A menudo son inofensivos para los humanos, pero si se produce una infección, puede tener consecuencias graves, como muestra un nuevo estudio. La pandemia de COVID-19 ha mantenido al mundo en vilo durante más de dos años y medio.
Pero no es sólo la enfermedad aguda la que trae dificultades, las consecuencias psicológicas y físicas también nos causan problemas. Además del COVID prolongado, existe otro efecto secundario agudo y muy amenazador de la infección por COVID-19: las enfermedades fúngicas asociadas al COVID-19. Se identificaron tres infecciones fúngicas importantes en relación con la COVID-19: la aspergilosis pulmonar asociada a la COVID-19 (CAPA), la candidiasis asociada a la COVID-19 (CAC) y, en particular, con la aparición de la variante Delta en la India, la mucormicosis asociada a COVID-19 (CAM). Muchos estudios han abordado fenómenos y aspectos regionales; Sin embargo, hasta ahora falta una mirada al desarrollo global de estas enfermedades asociadas a la COVID-19.
Estos hallazgos muestran una cosa claramente: el mundo de los hongos todavía está lleno de secretos. Los investigadores creen que hay casi 4 millones de especies que aún se desconocen. Hasta la fecha se han descrito alrededor de 120.000 especies de hongos. Esto significa que podrían pasar otros 25.000 años hasta que se hayan descubierto todas las especies. Una tarea gigantesca. Después de todo, los hongos viven no sólo en el bosque, sino también en el mar y en los trópicos. Bien protegido y difícil de encontrar. Pero los hongos también se pueden encontrar a nuestro alrededor y en nuestro cuerpo. Diminuto y en su mayoría inofensivo para nosotros.
Pero los hongos se están convirtiendo cada vez más en una amenaza mortal para los humanos. El número de infecciones está aumentando, como lo demuestra el nuevo estudio citado anteriormente, publicado a mediados de enero en la revista “Lancet Infectious Diseases”. Para ello, se analizaron cifras de 120 países que cubren enfermedades fúngicas entre 2010 y 2023. Las estimaciones suponen una incidencia anual de 6,5 millones de infecciones fúngicas invasivas y 3,8 millones de muertes, según el autor del estudio. Sin embargo, como micólogo, el autor afirma que estas cifras sólo pueden ser estimadas. No existe información exacta sobre las enfermedades fúngicas anuales. También porque no siempre está claro si detrás de una infección observada hay un hongo.
Lo que está claro, sin embargo, es que el número de infecciones mortales está aumentando. Según el estudio, hace más de 10 años se produjeron alrededor de 2 millones de muertes por hongos. Ahora son 6,5 millones. Un aumento masivo. “Tenemos que tomarnos las setas muy en serio”, afirman los autores del estudio. El problema: no se puede vacunar contra los hongos y sólo unos pocos medicamentos pueden ayudar. Los humanos podríamos aumentar aún más el efecto. Porque los hongos son capaces de aprender. También pueden desarrollar resistencia como las bacterias. Esto sucede, por ejemplo, mediante el uso de fungicidas, es decir, venenos destinados a matar hongos. Se utilizan a menudo en la agricultura.
Por lo tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió sobre enfermedades fúngicas a partir de 2022 y publicó una lista de las infecciones fúngicas más peligrosas para la vida. En concreto, hay más de 19 hongos patógenos que los expertos creen que amenazan la salud pública. La OMS pidió una mejor investigación sobre estos patógenos para desarrollar opciones de tratamiento.
Los siguientes patógenos son especialmente peligrosos para la vida de pacientes con sistemas inmunitarios debilitados: Cryptococcus neoformans, que puede provocar meningitis, Candita auris, que puede afectar al sistema nervioso central, órganos, huesos y ojos, entre otros, Aspergillus fumigatus, que se encuentra en pulmón e implantes, y Candida albicans. A este último se aplica lo siguiente: pequeño pero poderoso. Este patógeno está muy extendido y afecta las membranas mucosas de la boca, la garganta, la zona genital y los intestinos, pero rara vez causa problemas en personas sanas. Sin embargo, puede poner en peligro la vida de personas inmunocomprometidas, como lo demuestra la candidiasis asociada a la COVID-19 (CAC) antes mencionada.
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